
Ripley
septiembre 18, 2024Un frankenstein con mucha personalidad
El popurrí de referencias estilisticas de los que se nutre La Sustancia, entre lo retro y lo futurista, lo beauty y lo gore, pasando por Kubrik o Cronemberg, la convierten en una pelicula con identidad propia y un universo atemporal.
Uno de los mayores logros que una película puede intentar alcanzar es conseguir un universo propio y reconocible por mezclar acertadamente imagen, colores, sonidos, música, interpretación, ritmo de montaje, ritmo de diálogos, movimientos de cámara, vestuario, etc.
En La Sustancia, segunda película de Coralie Fargeat , muchos afirman que se aborda el género del terror, una afirmación encorsetada, pues además de sangre y visceras, hay recursos estilísticos y formales que salen del género. Esta sátira, que no ha dejado indiferente a nadie, demoniza la búsqueda de la belleza, la juventud y el éxito, y lo hace con unos códigos audiovisuales que ya se han quedado en el imaginario popular. Es decir, se ha convertido en icónica.
Para conseguirlo, Fargeat se decanta por un cine que crea universos irreales para representar sentimientos intensos. No disimula la influencia de grandes directores como Kubrik, Lynch o Cronemberg (cualquier prostético de la peli podría haberlo usado él), de los cuales reconoce que creció viendo sus películas y son parte de su identidad como persona.
Fargeat señala que «lo que más me interesa de cineastas como ellos es su uso del lenguaje cinematográfico para contar una historia sin necesidad de recurrir a los diálogos. Crean experiencias audiovisuales, no muy distintas de un viaje psicodélico […] Hay mucho en el cine que no puede ser explicado, algo así como la vida subconsciente de la película. Es algo que apela a la imaginación del espectador.»
Fargeat contó con Benjamin Kracun a los mandos de la dirección de fotografía, lo que supuso posteriormente el reconocimiento en los Premios Europeos, donde La Sustancia se llevó el de Mejor Fotografía. De las 150 hojas de guión, tan solo 20 era diálogo, lo cual «era un regalo para cualquier departamento» según Kracun.
Buscaron recrear un Los Angeles irreal, con algunos elementos retro y otros futuristas.
La película se rodó en Francia, dividiéndose los exteriores filmados en un set al norte de París y los exteriores en la Costa Azul. En los interiores, tuvieron que decidir si usarian Pantallas LED para los fondos o los clásicos forillos de Rosco, a lo cual terminaron optando por la opción más simple debido a que «había algo romántico en ello, algo fílmico que llevaba a películas antiguas, además, aunque fuera una película de terror, la búsqueda para algunas texturas y opciones de cámara iban por un look más romántico»
Rodada con Alexa Mini, «la película trata sobre la belleza y la piel, y sabía que iba a fotografiarlas mucho. Y, de una forma hermosa, el sensor Alexa logró el aspecto de piel más limpio y natural» Para algunos planos con un mayor protagonismo de efectos visuales, usaron la RED V-Raptor en 8K que favorecía el uso en post.
Y las lentes usadas fueron Canon K35 principalmente que según Benjamin Kracun le daban una sutileza en el desenfoque que resultaban muy naturales para lo que buscaba. En definitiva, una combinación sutil entre retro y futurista, un universo original, propio, personal.
Un reto propio de esta película fue rodar los prostéticos, porque «normalmente se suelen rodar prostéticos con clave baja de luz, o esconderlos de alguna manera, pero en este caso Coralie quería que se filmaran en el baño, el espacio blanco con clave alta, donde todo se ve claramente»
Desde las primeras reuniones de directora y dire de foto quedó muy claro el concepto de estar cerca de los personajes y con planos abiertos. Y es que son muy reconocibles los planos muy angulares y muy cercanos al objeto que consiguen un efecto de organicidad en este caso muy desagradable (ojo al plato de langostinos que se zampa Dennis Quaid). A esto se le usa un diseño de sonido que enfatiza más aún el sentido visceral.

Incluso da más asco verlo comer que el monstruo final
La Sustancia tiene varios espacios/universos reconocibles, pero se podrían resumir en cuatro: el mundo de Elisabeth Sparkle (Demi Moore), el de la joven Sue (Margaret Qualley), el baño, una especie de limbo (donde personalmente veo un guiño a la habitación donde el prota de 2001: Odisea en el espacio termina convirtiéndose en el siguiente eslabón humano) y la casa de Elisabeth de noche, otro tributo estilístico, esta vez a Lynch.

¿Carretera Perdida?No, La Sustancia
En cuanto a la composición de la película, se buscan forzosamente los grandes espacios negativos, donde nos crea un sentimiento de aislamiento de los personajes. Inicialmente los planos se caracterizan por tener simetría o estar balanceados, aquí se puede observar una clara otra clara referencia a Stanley Kubrik en los característicos planos de pasillos (El Resplandor, por ejemplo) pero conforme la historia se va torciendo van apareciendo planos más desviados y/o forzados.

Un fiel homenaje a Kubrik
El in crescendo de la película se acompaña con el dinamismo de la cámara, al inicio es estática, acompañando a Elisabeth, sobretodo en el baño, pero cuando Sue aparece en escena, la cámara la persigue en suaves movimientos de steady, para reforzar esa vitalidad, belleza, sensualidad con la que ella se muestra a los demás. Pero cuando empieza a complicarse la historia, la violencia es acompañada de cámara al hombro: la desesperación de ambas justifica la inestabilidad de la cámara. Incluso pasamos por un escena secuencia en POV bastante siniestra.
El film se caracteriza por colores vivos excesivos, saturados pero no tintados o variados hacia ningún color, es una propuesta para crear este universo falso, de cartulina, de belleza artificial e incluso para alejar la historia de lo real. Junto al equipo del DIT y luego en post, se tuvieron en cuenta tres LUTs (looks diseñados digitalmente del comportamiento de la cámara al mostrar los colores, las saturaciones y los contrastes): la base era la mezcla de un 25% de Kodachrome y un 75% de Ektachrome que creaba rojos más profundos y tonos más cálidos, mientras que respetaba los ricos colores del diseño de producción. Otra LUT era parecida a la base, pero para filmar el fluido con un color verde fluorescente la modificaron un poco. Y la tercera LUT que se usó fue para la aparición de Sue en televisión; combinaba la LUT Ektachrome con la LUT Arri Look «queríamos una imagen más moderna para esas secuencias, conservando la identidad visual de toda la película». Y se reforzó con filtros de cámara en estos momentos de belleza y juventud que ayudan a crear una imagen hedonista, atractiva, carnal.

Filtros para suavizar la piel de Margot Qualley al extremo